Los senadores Fernando Silva Facetti y Gilberto Apuril, presidente y vicepresidente respectivamente, de la Comisión de Prevención, Lucha contra el Narcotráfico y Delitos Conexos, realizaron en la mañana de este miércoles una visita a la Penitenciaría de Mujeres "Casa del Buen Pastor".
La visita tuvo por finalidad interiorizarse de la situación general de las mujeres privadas de libertad por transgresión a la Ley de drogas 1.340/88 y sus modificatorias; como así también de las condiciones generales de las reclusas adictas a sustancias estupefacientes, especialmente en lo que respecta a la atención y rehabilitación de las mismas.
En la ocasión, los legisladores fueron recibidos por la directora del Penal, Lic. Nelsi Centurión, quien ha informado a los parlamentarios que, actualmente, la población penitenciaria de Buen Pastor es de 332; con 151 condenadas y 181 procesadas. Así también, informó que son 179 reclusas de la población total las que están procesadas y/o condenadas por hechos punibles de transgresión a la Ley 1340/88 y sus modificatorias, siendo el ilícito más frecuente en las mujeres, el microtráfico.
Manifestó, igualmente, que hay varios casos en que las reclusas han cumplido gran parte de la condena, o que son de avanzada edad y están a la espera de alguna medida que les otorgue libertad condicional, pero el sistema de justicia hace que esta posibilidad sea lenta y complicada.
Otros datos revelados por autoridades del penal, refieren que hay un alto porcentaje de reclusas adictas a diferentes tipos de drogas, siendo las más comunes el crack, la marihuana y la cocaína, dependiendo del nivel económico; y para quienes hace falta un pabellón y tratamiento especial considerando que el periodo de abstinencia es sumamente crítico para quienes desean abandonar el vicio.
Esta actividad fue realizada en el marco de un trabajo de investigación y relevamiento de datos encarado por la Comisión, cuya finalidad es la de tener un diagnóstico situacional en lo que respecta al alto índice de mujeres infractoras de la Ley 1340 y sus modificatorias, a fin de proponer futuras acciones que busquen una solución integral al problema.
El microtráfico no solamente es un problema legal o de drogas, sino que abarca una cuestión social mucho más compleja, como salud, educación, falta de empleo, etc., que amerita la coordinación integral entre las instituciones para plantear soluciones de fondo.