El senador Silvio Ovelar, Presidente del Poder Legislativo, tomó el juramento constitucional al Presidente y Vicepresidente de la República, electos y proclamados en las elecciones generales de abril pasado, Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez, respectivamente. La sesión especial del Honorable Congreso Nacional tuvo lugar esta mañana, en el Parque Litoral del Palacio de López.
En presencia de Senadores y Diputados, mandatarios extranjeros, presidentes de delegaciones extranjeras, miembros del Cuerpo Diplomático, autoridades eclesiásticas, civiles, militares, policiales, invitados especiales y ciudadanos en general que acudieron hasta el litoral del Palacio de Gobierno. Momentos antes de la toma de juramento, el senador Silvio Ovelar pronunció el siguiente discurso:
Iniciamos un nuevo ciclo de gobierno, orgullosos de haber luchado por promover y defender la República, y conscientes de que el bastón de mando pasó a una nueva generación. ¡La juventud dejó de ser una promesa y hoy toma las riendas del gobierno!
Debemos entender que avanzaremos hacia un mejor Paraguay, solo si vamos acompañados de la gente; precisaremos de la participación ciudadana con lo mejor de la mayoría porque la República es una construcción colectiva que requiere de la energía y el talento de todos para lograr una mayor calidad de vida.
Señor presidente, como titular del Congreso Nacional me comprometo a colaborar para trabajar juntos, promover el diálogo político allí donde se encuentren las diferencias para obtener lo mejor para todos los ciudadanos. Lo invito a construir un futuro común para restablecer la confianza de la opinión pública sobre la gestión del gobierno. La democracia es un asunto de todos para asegurar la libertad, la igualdad, y la justicia social.
El gobierno nacional es responsabilidad de los tres poderes, para colocarlo cerca de la gente y garantizar una gobernanza pública, es por eso que entre congresistas tendremos que hacer concesiones sobre las perspectivas políticas que tendrán las leyes, pero nunca en materia de principios porque son ellos el timón que mantiene el buque del Estado en su norte republicano y democrático.
Queridos colegas parlamentarios, hagamos uso de la conciliación para encontrar el equilibrio y unir fuerzas para promover nuestra nación. Que la prudencia y la mesura sean la forma política para forjar la democracia, que es la mayor y la más digna de las aventuras públicas. Juntos, hagamos el esfuerzo de levantar del Congreso Nacional todo manto de impunidad y corrupción, porque el Legislativo es el órgano que representa y garantiza todas las voces de la República.
Nos comprometemos a garantizar un estado de derecho para que la iniciativa privada persiga legalmente sus propios intereses, pero los que nos dedicamos a la vida pública no olvidemos que habrá ocasiones en que sacrificaremos consideraciones personales en beneficio del bienestar general.
Aspiro a que junto con la gente podamos caminar hacia la unidad en la diversidad por medio del diálogo y el encuentro que las nuevas ideas sean bienvenidas, porque un país solo puede vivir creciendo y la intolerancia en las ideas acarrea la muerte de la democracia.
No dejemos de aprender del pasado para evitar que en este presente la confianza del pueblo se distancie de nosotros a causa de irrazonables pretensiones, inútiles demoras y combate entre egoísmos. Mantengamos pues un comportamiento ejemplar, y que no tiemblen nuestras manos para rechazar la impunidad.
Compañero Presidente, llegar al Ejecutivo es la coronación de su carrera política, que el poder no desvíe su camino. Tenga fe en sus ideales, convicción en sus decisiones y sabiduría en sus pensamientos, pero por sobre todo sea siempre el Marito de la gente.
Seguidamente, el titular del Congreso Nacional tomó el juramento de rigor tanto al ciudadano Mario Abdo Benítez, quien asumió el cargo de Presidente de la República, y a Hugo Velázquez, quien asumió como Vicepresidente de la Nación.