De tal modo a conocer la experiencia brasileña en materia de lucha contra grupos ilegales, la Comisión de Lucha contra el Crimen Organizado, presidido por Nelson Argaña, recibió esta semana a Edgar Riveiro Dias, agregado civil de la embajada del Brasil, quien dio detalles acerca de la conformación del denominado Primer Comando Capital (PCC), Comando Vermelho, entre otros. Del mismo modo, estuvo el director de Planificación del Ministerio de Justicia, Alejandro Buzó.

De acuerdo al funcionario del país vecino (Riveiro Dias), la estrategia para ir superando la situación de crisis ha consistido, entre otros medios, en evitar las superpoblaciones en las cárceles, no dar poder a las facciones, controlar la violencia y la corrupción, así como el aislamiento de líderes en cárceles de máxima seguridad.

En relación a las medidas contra la corrupción, se han basado, más que nada, en la generación de la carrera de agentes de penitenciaria y la aplicación de protocolos de control de los propios funcionarios penitenciarios.

Al principio, Riveiro (quien, a su vez, está vinculado a la Agencia Brasileña de Inteligencia) recordó que en el año 1993 se inició el PCC en San Pablo y una de las principales razones de la creación de esta suerte de “sindicato” de encarcelados radicaba en el hacinamiento y que el propio Estado dejó de garantizar la seguridad en las instituciones carcelarias, por lo cual empezaron a contralarlas y realizar comercios de todo tipo, como venta de cigarrillos de contrabando o hasta realización de loterías y venta de alcohol.

SESENTA POR CIENTO

Del mismo modo, destacó otro aspecto que motivó la aparición del grupo criminal fue que el sesenta por ciento de la población estaba constituida por presos sin condena, mientras que hoy está en alrededor del veinte por ciento. Detalló que hoy, según sus estimaciones, el PCC está en 17 países y tendría unos treinta mil miembros activos, de los cuales entre trescientos y trescientos cincuenta están vinculados a la organización en el Paraguay.

Por su parte, Alejandro Buzó hizo una descripción de la situación carcelaria en Paraguay y destacó la mesa inter poderes que se ha conformado para abordar, entre otros aspectos, lo relativo a la situación de presos si condena.

Se refirió, además, a la política de “humanizar las cárceles” que encara el ministerio al cual pertenece y dio detalles de la superpoblación actual de las cárceles, que ronda las 16.500 personas, de las cuales apenas unos 3.700 tienen condena, por lo cual también se considera que hay un fuerte “caldo de cultivo” para la existencia de grupos criminales, similares a los expuestos por Riveiro, que derivaron en situaciones como la producida recientemente en la cárcel de San Pedro. Se explayó también sobre las limitaciones del sistema carcelario.

RECOMENDACIÓN

En la reunión, además de Argaña, estuvieron los parlamentarios Enzo Cardozo, Blanca Lilia Mignarro, Manuel Morínigo y Neri Olmedo. Estos hicieron consideraciones y preguntas a los invitados, tras lo cual resolvieron elevar una recomendación, a través del Parlamento del Mercosur, al Consejo Mercado Común, acerca de las políticas penales y penitenciarias de la región, de tal modo a mitigar la situación actual. La propuesta tendrá entrada el próximo 17 de julio, en la sesión ordinaria del Parlasur, en Montevideo, Uruguay.

INTER PODERES

El trabajo que viene realizando el Parlamento del Mercosur, delegación paraguaya, en relación a lucha contra el crimen organizado cuenta con la participación de la Cancillería Nacional. En la reunión estuvieron en representación de la misma, Darío Franco, director de asuntos especiales; Miguel Candia, jefe del área de lucha contra el narcotráfico y Melissa Corvalán, de la Dirección de Enlace del Congreso.