La reunión entre los titulares de los tres poderes del Estado dará inicio a una serie de conversaciones con representantes de diversos sectores sociales, políticos, obreros, gremiales, estudiantiles, y otros, quienes serán partícipes del análisis y estudio del Presupuesto General de la Nación, para el año 2020.
Iniciar el trabajo conjunto con el tema del PGN 2020 representa el punto de partida de los trabajos que se harán a continuación, empezando por este tema central y continuando con otros que tienen una elevada importancia para la sociedad y el país, evitando la imposición de una agenda y permitiendo que todas las ideas que surjan en este proceso, sean socializadas, analizadas y consensuadas.
El senador Blas Llano, durante el encuentro que mantuvo con los titulares del Poder Ejecutivo y Judicial, Mario Abdo Benítez y Eugenio Jiménez Rolón, respectivamente, conversó con ellos acerca de sus ideas y les comentó acerca de la necesidad de trabajar sobre cinco ejes centrales basados en combate a la inseguridad, a la pobreza y extrema pobreza; la generación de empleos (especialmente para el sector joven), la política energética con miras a las Hidroeléctricas Binacionales Itaipú y Yacyretá.
No obstante, iniciar el trabajo mancomunado con el PGN 2020, permitirá que la Comisión Bicameral de Presupuesto, que se encargará de su estudio, ofrezca un panorama real de los recursos con que se cuenta y con los que se dispondrá para llevar adelante los otros ejes a un corto y mediano plazo. Precisamente, socializar este punto, dándole la mayor transparencia posible, es uno de los objetivos, y por ello, los actores involucrados directamente toman las críticas y sugerencias como válidas, de tal modo que la participación de todos los sectores sea real en la elaboración de la Ley madre.
El senador Blas Llano hizo énfasis en estas ideas concretas y su propuesta personal en lo referente al PGN 2020 señala lo siguiente:
EJE PGN 2020
EJES DE ACCION PARA UN ACUERDO DEL PGN 2020
CONSTRUIR SOBRE EL CONSENSO
Al iniciar la importante discusión que demanda la arquitectura del destino de nuestros recursos económicos, es importante que los Poderes del Estado construyan un consenso sobre la definición e instrumentación de determinada forma de vida de la sociedad, tanto en lo que se refiere a los recursos financieros, que la sociedad transfiere al Estado, a través del sistema tributario, como de los bienes y servicios que la misma recibe como consecuencia de la gestión pública.
Si los paraguayos hemos sido capaces, y nos enorgullecemos de ello, de construir una política macroeconómica de Estado, que contiene la política fiscal, financiera, monetaria, cambiaria, consideramos que existen las condiciones para avanzar en una política presupuestaria de Estado. Y no nos referimos solamente al cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que tiene un techo del déficit del 1,5% del PIB. Sino al enfoque de una política presupuestaria sustentada en la calidad del gasto público.
Efectivamente, se trata del “Presupuesto General de Gastos la Nación 2020”, que debe ser entendido como el plan de acción dirigido a alcanzar una meta prevista, expresado en valores y términos financieros que deben cumplirse en determinado tiempo y bajo ciertas condiciones previstas. Es la herramienta que las instituciones debemos utilizar como instrumento de desarrollo anual para formular los planes y programas que se persiguen.
EL EQUILIBRIO DE LA POLÍTICA FISCAL
La política fiscal tiene dos herramientas fundamentales para sostener la estabilidad macroeconómica del país: la política tributaria y la política presupuestaria, las que tienen directa relación con el crecimiento económico de nuestra Nación y la orientación de las políticas públicas para resolver los necesarios ajustes hacia la calidad, la sostenibilidad y la equidad.
El PGN - 2020, debe tener por objeto determinar con anticipación los acontecimientos financieros que comprenden los gastos a realizar en el período dado, tendientes a satisfacer las necesidades colectivas, y los recursos que se estima recaudar para atender a dichos gastos. Es el documento financiero que deseamos que genere un adecuado balance entre ingresos y gastos públicos.
Tenemos que evolucionar, porque las condiciones nos exigen. En el pasado el presupuesto era la expresión, en términos financieros, de lo que el gobierno pretendía llevar a cabo en un período de tiempo anualmente determinado. En su concepción moderna, el presupuesto debe adquirir un carácter más integral, ya que no se lo concibe sólo como la expresión financiera del programa del gobierno, sino además como una expresión más amplia y explícita del mismo. Debemos asegurar su financiamiento equilibrado y sostenible.
ASEGURAR LA CALIDAD DEL GASTO PÚBLICO
La calidad del gasto público aborda los elementos que garantizan un uso eficaz y eficiente de los recursos públicos, con los objetivos de elevar el potencial de crecimiento de la economía y de asegurar desafiantes grados de equidad distributiva. La medición de la calidad del gasto público debe incorporar la multidimensionalidad de los factores que inciden el logro de los objetivos macroeconómicos y de política fiscal. Las iniciativas de mejoramiento de la calidad del gasto público deben estar asociadas tanto a aspectos de política fiscal, como de gestión pública, observar las potencialidades y limitaciones del presupuesto orientado a resultados, los sistemas de monitoreo y evaluación como herramientas para mejorar la eficiencia y eficacia del gasto público.
Los objetivos, metas e indicadores y arreglos institucionales del plan y presupuesto de los sectores de salud y educación deben priorizar aspectos de cobertura y de calidad.
Ejes del presupuesto público desde sus diferentes perspectivas:
COMO INSTRUMENTO DE GOBIERNO: la función del Estado implica la toma constante de decisiones, basadas en los más variados ámbitos de actividad. Dichas decisiones deben ser responsables, coherentes entre sí, complementando sus fines y coordinando los medios. Considerando que la mayor parte de las decisiones del gobierno conducen a acciones que se manifiestan en el presupuesto, éste se constituye como uno de los instrumentos más importantes para cumplir nuestras funciones, las que deben ser consistentes con el origen de los recursos y el destino del gasto y la inversión de la manera más equilibrada, para no hipotecar el futuro de nuestra Nación.
COMO INSTRUMENTO DE PROGRAMACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL: a través del presupuesto público, desde el Estado debemos definir el nivel y composición de la provisión e inversión pública, la demanda de producción de recursos que requiere la economía, la formas y magnitudes del financiamiento de sus actividades, entre otros, definiendo así los efectos que pretende alcanzar sobre las variables económicas y sociales.
COMO PRESUPUESTO DE ADMINISTRACIÓN: la estructura y formulación del presupuesto debe realizarse de manera tal que, determine los responsables de llevar a cabo cada una de las funciones de gobierno y constituya para ellos una guía de acción a seguir, con el fin de minimizar las decisiones improvisadas. Si logramos cumplir estos objetivos, no cabe duda que constituye un instrumento de gran importancia para cumplir la función de administración de nuestro programa de gobierno.
COMO ACTO LEGISLATIVO: nuestro querido país tiene la particularidad, que para bien o mal, el presupuesto lo construyen los tres Poderes del Estado. Particularidad porque el Ejecutivo propone al Legislativo un proyecto de PGN y el legislativo, no solo tiene la facultad de aprobar o rechazar, sino de modificarlo, ampliarlo o reorientarlo, crear nuevas partidas o cargos públicos. Tampoco el Ejecutivo es responsable de toda la ejecución, lo son, además, con presupuestos propios, los poderes Judicial y Legislativo.
La preparación y aprobación del presupuesto constituye un acto legislativo indispensable ya que nos encontramos en un sistema representativo de gobierno, en el cuál la participación de los ciudadanos se manifiesta mediante sus representantes en el Poder Legislativo a quienes les corresponde juzgar la validez del programa de gobierno contenido en el mismo. Debemos asegurarnos de que el Estado y el Privado sean partícipes de la construcción del consenso. Al mismo tiempo evitar caer en la tentación de flexibilizar la construcción de un presupuesto desfinanciado, con gastos rígidos aumentados y limitado destino a las inversiones. Nuestro destino nos obliga tener gran responsabilidad y patriotismo.
COMO DOCUMENTO: el Presupuesto del Estado debe confeccionarse atendiendo a una estructura determinada para que, quienes deban analizarlo, aprobarlo, administrarlo y difundirlo, puedan interpretarlo de la manera adecuada. Una Ley que no puede ser interpretada por nuestros ciudadanos, es una Ley de muy poco probable de cumplimiento.
COMO INSTRUMENTO DE CONTROL: el presupuesto como eje central de control tiene dos finalidades principales: técnico legal (control sobre actos de gestión y adecuado manejo de fondos públicos. Que el Estado se ajuste a lo que se le ha mandado a hacer y que cumpla con las normas legales que las resguardan) y político (control de la orientación general del gobierno en sus actos, relacionado con el costo y la eficiencia de los organismos del Estado).
Sin embargo, se constata la dificultad de medir la contribución de los programas a la calidad del gasto público. Para que el presupuesto incida en mayor eficiencia y eficacia del gasto se requiere entre otros aspectos, una mayor vinculación entre las prioridades de política gubernamental, los marcos de gasto de mediano plazo y los objetivos estratégicos de los ministerios; integrar las evaluaciones en el proceso de priorización de gasto; focalizar las evaluaciones en áreas de alto impacto en el gasto público y en programas nuevos que expresen las prioridades de gobierno; ampliar la evaluación desde una perspectiva de revisión de gasto público, extendiendo su horizonte como herramienta de gobernanza fiscal.
Proponemos entonces la creación de una Unidad de Control de Cumplimiento de Ejecución Presupuestaria, de manera a realizar los controles y ajustes que sean necesarios para otorgar agilidad al Estado en el cumplimiento y ejecución de las políticas públicas.
Consideramos que más que nunca es necesario promover, hasta la exigencia y el hartazgo, la madurez de todas las autoridades que deben decidir, en breve, cuál será el destino de esos recursos derivados del esfuerzo y sacrificio de cada paraguayo, recomendándoles que no se dejen vencer por la tentación de oportunidades coyunturales de construir políticas prebendarias, orientando el gasto al empleo público clientelista. Que se enfoquen en la calidad que nos permita acceder como contraprestación de nuestra contribución a una mejor educación, salud y servicios públicos eficientes. La responsabilidad que tienen nuestras autoridades es grande, como la grandeza que esperamos los ciudadanos que deseamos crecer en país con igual de oportunidades e inclusión social.